lunes, 17 de octubre de 2011

PRODUCTOS APÍCOLAS III: LA MIEL




La miel es una de las sustancias más generosas de nuestra naturaleza y la hemos utilizado desde el principio de la humanidad. Este preciado y común elemento tiene propiedades sorprendentes. Es recomendada para todos los tipos de piel y, en función de con qué otros ingredientes se combinen, se puede aumentar su poder para alguna función específica.
Las ceras, azúcares y pequeñas cantidades de minerales que conforman la miel la convierten en un bálsamo idóneo para la piel. Así, al aplicarse sobre la piel limpia como una máscara facial, sella la humedad y se convierte en un gran limpiador facial. Además, sus propiedades antioxidantes ayudan a proteger la piel de los daños que producen los rayos del sol y también sirven para la recuperación de las pieles resecas y dañadas.




Desde la antigüedad las grandes civilizaciones del antiguo Egipto, Grecia, Roma y México, consideraron la miel como uno de los tesoros de la belleza.




Características importantes:
Bálsamo limpiador y suavizante por su contenido de ceras, azúcares y minerales.


Antioxidante protector contra daños causados por los rayos solares y un potente regenerador de la piel reseca y marchita.


Antibacterial y antiséptico que ayudan a la cicatrización y en los tratamientos del acné. Humectante y antiséptico ideal para pieles sensitivas.




Precaución: nunca debe aplicar sólo miel de abejas sobre la piel. Debe mezclarla siempre con otros ingredientes naturales para evitar reacciones alérgicas. Para que las mascarillas con miel sean efectivas, deben aplicarse sobre el rostro limpio, libre de impurezas.